miércoles, 14 de septiembre de 2011

YO QUIERO PAN
             
Harina, levadura, agua y sal son los  sencillos ingredientes con los que se elabora el mejor invento culinario de la historia de la humanidad.
Pero como si se tratara de una profecía estamos a punto dejar de comer pan para acompañar nuestras comidas....
 

 con una especie de globo relleno de anhídrido carbónico más apto para hacer formas de animalitos para niños, que para untar con la salsa.
El problema es que ya no hay panaderos, sino mercenarios de la panificación. Y nosotros, los clientes, acudimos a comprar como kamikazes. El pan actual tiene la caducidad más corta jamás alcanzada, diez minutos. O lo comes en ese periodo de tiempo al salir del horno o se convierte en un cadáver momificado que no se descompone por la cantidad de antibióticos que llevan las harinas. La corteza crujiente es volátil, desaparece en contacto con el aire y la miga se convierte en polietileno expandido.
Los hornos han desaparecido, ya no hay fuego, ya no hay humo, ya no hay pan. Todo es congelado; entra en un microondas gigante  rotativo y a esperar el milagro, porque sacar pan de ahí, sería un milagro.
Por no hablar del maltrato al que se lo somete en las panaderías. Las montañas de pan se acumulan en  fosas comunes esperando que algún brazo ejecutor lo introduzca con la misma delicadeza de un troglodita, en una bolsa de plástico! Solamente le faltaba eso, una funda para cadáveres donde el calor lo someterá a una sauna sueca, así lo terminamos de reblandecer hasta la textura de morbidez.
Vale decir que una luz de esperanza  emerge de algún horno. Turris en Barcelona es el nombre de la tercera generación de panaderos, que sencillamente lo bordan. Todo lo que hacen, lo hacen bien. El pan alemán de semillas es excelente,   con un buen arenque ahumado y un vaso de vodka es un delirio.
Yo quiero pan…  y tu.

1 comentario:

  1. tenes toda la razón , ya no hay buenos panes, pasame una rica receta, gracias, mikebrc@gmail.com

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